Huaynakana Kamatahuara Kana

El extractivismo representa una amenaza constante para el territorio Kukama de Perú y la pérdida de la identidad cultural de la gente de Kukama.

Los kukama conciben el territorio como un todo y las mujeres tienen una conexión intrínseca con él. El término «kukama», por ejemplo, está formado por dos palabras: «ku», que significa «campo, y «kama», que significa «pecho», y significa «seno del campo» o «alimentado por el campo». Dado que las vidas de los kukama dependen de los ecosistemas de los bosques de las riberas bajas del río Marañón, y teniendo en cuenta cómo se han adaptado y coexistido con ambos durante décadas, el territorio y los ríos son inseparables de su cultura y forma de vida. Consideran que los ríos son seres vivos con alma y, por tanto, sagrados.

Fundado en 2001, Huaynakana Kamatahuara Kana se embarcó en un largo viaje de acciones, protestas y movilizaciones colectivas que perseguían la justicia medioambiental, pues la salud del río se vio mermada por las industrias extractivas.

En septiembre de 2021, Huaynakana presentó una demanda constitucional para que Perú reconociera de forma urgente al río Marañón como un ser vivo con derechos. En marzo de 2024, la corte provincial de Nauta declaró que el río Marañón cuenta con derechos intrínsecos, entre los que se incluyen el derecho a fluir, el de no tener contaminación y el de ser restaurado para recobrar la salud medioambiental. Esta decisión también reconoció a las comunidades indígenas como las representantes legales, defensoras y guardianas del río. Esta resolución histórica fue ratificada por el Tribunal Supremo el pasado noviembre.

Huaynakana juega un papel clave en la defensa de los derechos del Marañón y en apoyar la regeneración y la conservación de las vías navegables mediante esfuerzos de reforestación porque, sin el río, estos bosques singulares no pueden existir.

  • 2025
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Photo: Huaynakana Kamatahuara Kana

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