En 2017, una ola de incendios devastó Galicia y Portugal, acabando con la vida de más de 120 personas y arrasando más de medio millón de hectáreas. Las Brigadas deseucaliptizadoras, que se dedican a la restauración ambiental, surgieron después de este horrible suceso.
El eucalipto es una especie altamente invasora y pirofila que se ha extendido con el paso de los años. Los monocultivos de este árbol crean un «desierto verde» con una biodiversidad extremadamente reducida, consiguiendo que los bosques nativos se conviertan en pequeñas parcelas fragmentadas.
Después de los incendios algunos ciudadanos tuvieron la sensación de que había que tomar medidas en lugar de esperar a que fuese el gobierno quien iniciase el cambio. Más de 400 voluntarios se han inscrito como miembros de la brigada, participando en más de 25 intervenciones desde abril de 2018.
Las «Brigadas» han demostrado cómo el trabajo en equipo puede cambiar el rumbo de los hábitats naturales, transformando el pesimismo general en una participación comprometida.